miércoles, agosto 30, 2006

Tijerales


Cada vez pasa más tiempo entre post y post. Lo siento más que nada por mí porque pensé que sería capaz de mantener esto actualizado, soltar un poco la mano, practicar el oficio, en fin.
Entre el cambio de casa y una vuelta de carnero que tuvo mi pega (de jugar solitario en la oficina hasta hacerme indispensable en ciertos asuntos), no me ha quedado ni un minuto para nada.

En esa estamos.

Sin ser arquitecto y teniendo mínimas nociones de construcción (por no decir nulas) me lancé en la onda de remodelar mi nueva casa. El maestro que trabaja conmigo dice que es un "maquillaje", pero bueno, lo que para el es una manito de gato, para mí ha sido como construir el Taj Mahal, y de los resultados, debo decir, me siento bastante orgullosa.

Es bien especial lo que ocurre con "la casa de uno". ¿Puede sentir uno amor por ese espacio?

Antes habría dicho que no. Pero hoy, cada tarde cuando llego a saludar al batallón de maestros que raspan, pulen, pegan, pintan, vitrifica, siento un sentimiento bastante parecido a querer dentro de mí.

Qué bonito, ¿no?

Mi casa toma forma. Y la forma que toma me encanta.

La idea del proyecto ha sido rescatar la casa como era cuando se contruyó, el 49. Salvar la madera de las miles de capas de pintura, volver a los colores neutros, el blanco que tanto me gusta porque me relaja más que cualquier otro tono.

Todo eso en este mes intenso.

Esta es la casa número 20 en que voy a vivir. Casi la mayoría de edad. ¿Increíble, cierto?

viernes, agosto 04, 2006

uff...




Ha sido una semana de muchas, muchísimas emociones mezcladas.

Nos entregaron nuestra casa y el proyecto comienza a tomar forma.

Es impresionante el tema de hacer propios los espacios. Nos hemos pasado la semana ventilando el lugar, dejando que el olor de la familia que ahí vivía antes, deje por completo los muros para que luego, nos reciba a nosotros con todos nuestros propios "olores" (todos ellos son bienvenidos).

Han pasado otras cosas.

Volví al gimnasio. Sí, volví al gimnasio. Alguna vez voy a sacar la cuenta de la cantidad de veces que he dicho esta frase en mi vida, pero este no es el momento. Solo puedo agregar que hasta ahora está todo bien, y que pese a que había "fatiga de material", no hay daños estructurales demasiado severos. Si se entiendo, ¿no?

También hubo momentos más tristes de los que no voy a hablar a acá, pero que me han hecho pensar mucho. En ese vértigo de los cambios, en que crecer también trae tropezones. O como diría mi gran amiga Bárbara, en que a veces hay que perder para ganar.

Un tema gigante para muchas muchas conversaciones, que empezaré esta noche con un vino en la mano. Sin duda.

Nada sucede sin alguna razón. Soy una mujer de fé. Y aunque no sea en cuántas cosas creo, sé quelas cosas que te llegan en algún momento cobran sentido.

Es todo por hoy.