lunes, enero 23, 2006

Ocho meses







El tiempo se ha pasado demasiado rápido. Y cada vez que veo a Tobías tratando de hacer cosas de niño grande, como pararse, como agarrar cosas que están lejos suyo, como quitarte el teléfono de la mano cuando estás hablando, pienso que es cierto eso que te dicen, que los niños crecen pronto. Que no te das cuenta cuando ya están saliendo del colegio o presentándote a la primera polola.
Estas vacaciones, las primeras de los tres, de mi familia, mía propia, me hacen más ilusión que nada en el mundo.
Y creo que no me equivoco al decir que nunca había tenido tantas expectativas frente a algo. Estoy ansiosa como colegiala y eso que todavía falta un mes entero para partir.
En fin.
Así son las cosas estos días.
Tenía ganas de despotricar al mundo, pero curiosamente me siento demasiado agradecida como para crear polémicas para mi sola.
Este año me he sentido así en general. Agradecida.
¿Se va poniendo más devota una, cuando tiene un hijo?
La verdad es que no tengo respuestas. Pero verlo en su cunita o palmoteándote la cara mientras tratas de dormir, me emociona. Me hace sentir demasiado afortunada.
Lucky me.

miércoles, enero 04, 2006

Los años impares


Algo tengo con los años impares.
O más bien, algo tienen los años impares conmigo que, desde que nací un año impar, en adelante, siempre han sido mis tiempos más intensos.
Luego de un año impar viene la dulce calma de los pares. Por eso para este 2006 no espero grandes sobresaltos ni cambios muy bruscos.
Avanzar a velocidad crucero. Ver crecer a mi hijo. Sentir que los proyectos avanzas. No quiero grandes cosas este año.
Con el pasado ya tuvimos suficiente.
El 2005 nació Tobías. Y de yapa nos cambiamos de casa.
El 2003 me casé.
El 2001 tuve mi primer trabajo con contrato y mi primer departamento con una amiga.
El 99 hice un largo y recorrido viaje, que hasta hoy recuerdo cuando no me puedo quedar dormida en las noches.
El 97 salí por primera vez de Chile con amigas. Realmente inolvidable.
El 95 entré a la universidad y me rodeé de las personas que me acompañan hasta el día de hoy.
El 91 entré a un colegio nuevo. Nueva vida, realmente. Nuevas perspectivas.
Me doy un salto hasta el 83. Mi primer año en el colegio de verdad, con el jumper y una corbata rallada de la que me sentía completamente orgullosa.
El 81 llegamos a vivir a Santiago por primera vez. Quién diría que después de tantas vueltas sería esta ciudad en la que más feliz y cómoda me siento. En la que he hecho mis espacios. En donde están las personas que más quiero.
El 77 nací. Y de todos, supongo que ése fue uno de los movimientos más grandes.
Hay años que no recuerdo bien, está claro, pero haciendo un mapa de mi vida creo que la tendencia es más que notoria.
De todos los años impares de mi vida, tengo imágenes potentes, recuerdos imborrables.
De éste, no necesito momentos para la foto, sino mucha tranquilidad. Alguien me dijo una vez que en la vida, para que todas las cosas resulten, hay que hacerlas con mucha tranquilidad.
Y hasta ahora creo que así me ha resultado.
Bienvenido 2006.