-Tengo derecho a dudar de ciertas decisiones que tomo aunque en el momento confíe en que son las correctas.
-A no tener respuestas frente a todas las preguntas.
-A equivocarme y empezar de nuevo aunque sea cien veces.
-A cambiar de opinión, sin que esto me haga una persona menos consecuente.
-A reconocer que muchas veces no sé lo que hacer.
-A no tenerle miedo a la incertidumbre.
-A no ver el futuro como un plan trazado sino como un dibujo con miles de aristas para agregar.
-A patalear sin motivo.
-A pedir y escuchar consejos, aunque la mayoría de las veces haré, finalmente, lo que yo quiera.
-A no ser perfecta y asumir que en los errores también hay una posibilidad de ser mejor persona.
-A sentirme feliz de las pequeñas cosas.
-A ser capar de reinventarme una y otra vez.
-A no avergonzarme de mis capacidades y ser capaz de sacar la voz para defender lo que considero justo.
-A tomarme en cuenta a mí misma: mis proyectos, mi apariencia, mi sexualidad, mis sueños.
-A exigir que me quieran de la misma manera en que yo lo hago.