Lo bueno de viajar

Es que conocer un lugar nuevo siempre es fascinante.

Que comes sin pensar si las cosas engordan o no (menos si estás embarazada).

Que echas de menos pero eso también a veces es bueno.

Que te sientes llena de un optimismo fantástico.

Que bañarse en el mar tibio sigue siendo una sensación extraña y exquisita a la vez.

Que dormir en hoteles es lo máximo (más si son de muchas estrellas).

Que los paisajes que ves en la carretera te llaman tanto la atención, aún después de varios cientos de kilómetros.

Que puedes mirar a la gente y sus pintas sin vergüenza.

Que si puedes gastar plata, lo haces sin cargo de conciencia.

Que cuando estás acompañada, vuelves a sentir cosas nuevas. Los dos y el resto.

Que a pesar de los aviones, la sensación de irse a alguna parte es increíblemente buena.

Que volver igual tiene su encanto.